D.I. y Zoe: Dos nuevos robots para la exploración espacial
Muchas son las razones por la cuales el envío de autómatas resulta más conveniente en cuanto a la conquista del campo extraterrestre respecta: transportarlos sale más barato, al igual que mantenerlos fuera de nuestro planeta. Sumado a esto, su intervención en misiones arriesgadas o de la larga duración permite que ninguna vida corra peligro en su realización.
Es por ello que muchas son las empresas de índole privada, centros científicos y agencias espaciales que están trabajando fuertemente en el desarrollo de dispositivos funcionales capaces de ser manejados a miles de kilómetros de distancia de su localización, los cuales podrían desempeñar en el día de mañana un papel fundamental en el análisis de otros planetas.
Con motivo de los recientes avances en el desarrollo del Demonstrador iStruct por parte del Centro Alemán de Investigación de Inteligencia Artificial, repasamos los ejemplos más importantes que existen hasta el momento.
Un mono-robot para explorar la Luna
Tanto la NASA como la Agencia espacial europea (junto a diferentes empresas privadas) han dado a conocer sus intenciones con respecto al satélite terrestre, por lo que no deberíamos sorprendernos si dentro de un par de años nos enteramos del envío de este simiesco robot a la Luna.
El nombre del mismo es Demonstrador iStruct (D.I) y fue creado por el Centro Alemán de Investigación de Inteligencia Artificial (DFKI) y la Universidad de Bremen.
Si bien el DFKI se encuentra trabajando al mismo tiempo con robots equipados con ruedas (que puedes ver en este link), se advierte que el cuerpo del D.I goza de ciertas ventajas, como la estabilidad que le brinda su posición de cuatro patas. Gracias a ellas, podrá pasar sin mayores dificultades por encima de distintos tipos de obstáculos o atravesar terrenos montañosos. Además, es capaz de realizar trabajos manuales y enderezarse por sí mismo en caso de sufrir una caída.
Otro punto a favor es su columna vertebral articulada que conecta el torso con la pelvis, la cual le da mayor flexibilidad. Con todo, se espera que el proyecto detrás de este robot de 18 kilos y 66 x 43 x 75 centímetros esté terminado en agosto.
Zoe, ayudará a buscar vida en Marte
Este robot que se alimenta mediante energía solar aterrizó el pasado 15 de junio en el desierto de San Pedro de Atacama, al norte de Chile, debido a similitud que tiene este suelo con el que existe en el planeta rojo.
Fue desarrollado por investigadores de Instituto de Robótica de Carnegie Mellon y ensamblado en el Laboratorio de Robótica de la Universidad Católica del Norte, en Chile.
El objetivo que se persigue con este sucesor del Curiosity “es hacer descubrimientos genuinos sobre la vida y el hábitat en el desierto de Atacama, y la creación de tecnologías y métodos que se puedan aplicar en las futuras misiones de la NASA”, explicó David Wettergreen, profesor asociado de investigación en el Instituto de Robótica de Carnegie Mellon.
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